Software privativo, tambiĂŠn llamado ÂŤsoftware que no es libreÂť, se refiere al software que no respeta la libertad de los usuarios ni a su comunidad. Un programa privativo coloca a su desarrollador o propietario en una posiciĂłn de poder sobre sus usuarios. Tal poder es en sĂ mismo una injusticia.
El objetivo de este listado es mostrar con ejemplos que la injusticia primordial del software privativo a menudo conduce a otra injusticia: las funcionalidades maliciosas.
El poder corrompe. El desarrollador del programa privativo se ve tentado a diseĂąar el programa de un modo que maltrata a los usuarios. El software diseĂąado para funcionar de una manera que maltrata a los usuarios se llama malware). Por supuesto, el desarrollador no suele hacer esto por maldad, sino mĂĄs bien para obtener mĂĄs beneficio a costa de los usuarios. Eso no lo hace menos ruin o mĂĄs legĂtimo.
Ceder a esta tentaciĂłn se ha vuelto cada vez mĂĄs frecuente, y es hoy en dĂa una prĂĄctica habitual. El software privativo moderno habitualmente supone una ocasiĂłn para ser engaĂąado, daĂąado, acosado o timado.
Los servicios en lĂnea no son programas de software publicados, pero con respecto a todos los aspectos negativos utilizar un servicio equivale a utilizar un programa de software publicado. En concreto, un servicio puede estar diseĂąado para maltratar al usuario, y muchos lo hacen. No obstante, aquĂ no mencionamos ejemplos de antiservicios maliciosos por dos razones. En primer lugar, porque un servicio (malicioso o no) no es un programa del que se pueda instalar una copia y no hay manera de que los usuarios puedan modificarlo. En segundo lugar, es tan obvio que un servicio puede maltratar a los usuarios si su propietario lo desea que en realidad no hay necesidad de probarlo.
Sin embargo, la mayorĂa de los servicios en lĂnea exigen que el usuario ejecute una aplicaciĂłn privativa. La aplicaciĂłn es un programa de software publicado, de modo que sĂ mencionamos las funcionalidades maliciosas de esas aplicaciones. El maltrato del servicio se produce mediante el uso de esa aplicaciĂłn, por lo que a veces tambiĂŠn mencionamos esas formas de maltrato, pero tratamos de seĂąalar explĂcitamente quĂŠ es debido a la aplicaciĂłn y quĂŠ al antiservicio.
Cuando una pĂĄgina web proporciona acceso a un servicio es muy probable que envĂe software JavaScript no libre que se ejecuta en el navegador del usuario. Ese cĂłdigo JavaScript es software publicado, y es moralmente equivalente a otras aplicaciones privativas. Si hace algo malicioso, nuestro propĂłsito es mencionarlo aquĂ.
Al referirnos a los telĂŠfonos mĂłviles mencionamos otra caracterĂstica maliciosa, el rastreo de la localizaciĂłn, que se debe al sistema de radiocomunicaciones antes que al software concreto que utilizan.
En marzo de 2025, las pĂĄginas de este directorio ofrecen una lista de alrededor de 650 ejemplos de funcionalidades maliciosas (con mĂĄs de 750 referencias de apoyo), pero seguramente hay miles mĂĄs que desconocemos.
Lo ideal serĂa citar todos los casos. Si conoce algĂşn caso que no hayamos mencionado, escriba a webmasters@gnu.org para decĂrnoslo. Incluya por favor una referencia a algĂşn artĂculo fidedigno que describa con claridad el comportamiento malicioso, pues no mencionamos casos que no vengan documentados.
Si quiere recibir un aviso cuando aĂąadamos nuevos puntos o hagamos algĂşn cambio, suscrĂbase a la lista de correo <www-malware-commits@gnu.org>.
Injusticias o tĂŠcnicas | Productos o empresas |
---|---|
|
Los usuarios de software privativo quedan indefensos ante estas formas de maltrato. La manera de evitarlas es exigir software libre (software que respeta la libertad). Con el software libre son los usuarios quienes ejercen el control, de modo que pueden defenderse muy bien de las funcionalidades maliciosas del software.
Apple ha estado etiquetando diversos archivos y programas de terceros como ÂŤdaĂąadosÂť, impidiendo a los usuarios abrirlos y dando a entender que el software de terceros es peligroso. Si bien estas restricciones pueden sortearse, vulneran la libertad de los usuarios para realizar las tareas de computaciĂłn como deseen. La mayorĂa de las veces, el propĂłsito de avisos tales como ÂŤdaĂąadoÂť no es otro que intimidar a los usuarios para que, sin ningĂşn motivo, se limiten a utilizar los programas privativos de Apple.
Microsoft estĂĄ apretando los grilletes que fuerzan a los usados de Windows a iniciar sesiĂłn en su cuenta de Microsoft [*], y asĂ identificarse. Sospechamos que se trata de una estrategia deliberada para evitar provocar mucha resistencia de golpe: dejar al principio huecos para escapar de la identificaciĂłn, para luego ir cerrĂĄndolos gradualmente.
ÂĄYa basta!
[*] ÂżPor quĂŠ ÂŤusadosÂť? Porque al ejecutar Windows no es que usted estĂŠ usando Windows, sino que Windows lo estĂĄ usando a usted.
La compaĂąĂa que fabrica el moisĂŠs ÂŤinteligenteÂť Snoo ha puesto bajo pago sus funciones mĂĄs avanzadas. Este inesperado cambio afecta principalmente a los usuarios que recibieron el aparato como regalo o lo adquirieron de segunda mano suponiendo que dispondrĂan de todas esas funciones, como venĂa siendo hasta entonces. Este es otro ejemplo del comportamiento marrullero de ciertos desarrolladores de software privativo, que se aprovechan de su poder sobre los usuarios para cambiar las reglas a su antojo.
Otra caracterĂstica perversa del Snoo es el hecho de que los usuarios se ven obligados a crear una cuenta en la compaĂąĂa, que de ese modo tiene acceso a sus datos personales, ubicaciĂłn (SSID), registros del aparato, etc., asĂ como a las notas manuales acerca del historial del niĂąo.
Nintendo ha dedicado grandes esfuerzos a impedir que los usuarios instalen software de terceros en sus consolas Switch. Estas consolas son ahora prisiones completas.
Apple dejĂł de ofrecer cifrado de extremo a extremo en iCloud en el Reino Unido despuĂŠs de que el Gobierno de ese paĂs exigiera acceso universal a los datos cifrados de los usuarios. Esta es una prueba mĂĄs del riesgo que supone almacenar los datos propios ÂŤen la nubeÂť.